jueves, 14 de junio de 2012

Dubrovnik, la perla del Adriático


Declarada Patrimonio de la Humanidad, esta pequeña ciudad costera merece ser visitada por aquellos que buscan un destino  original y acogedor, gracias a su increíble oferta cultural, y a sus espectaculares paisajes.


Ciudad destrozada por varios terremotos a lo largo de la historia, hace menos de veinte años que acabó la cruenta guerra que la arrasó. Sin embargo, resulta increíble cómo ha conseguido recuperarse de todas sus catástrofes, devolviendo el encanto de antaño, cuidando al máximo los detalles en su reconstrucción.

La sensación al cruzar la gran puerta del Pilé, una de las entradas principales al casco antiguo, es indescriptible. Rodeada por murallas, hace que te sientas es una aventura. Pronto encuentras la Fuente de Onofrio, imponente, que resultó ser en el pasado el punto principal de abastecimiento de agua en la ciudad. Curiosamente, tal y como me dijeron los propios croatas, el agua de la ciudad es tan bueno, que no merece la pena comprarlo embotellado. Por ello, la ciudad está repleta de fuentes rodeadas de gente que se apresuran a llenar sus botellas con agua fresca, sobre todo en verano, cuando las temperaturas son muy elevadas. 
Alzando un poco la vista se contempla parte de la impresionante fortaleza de dos kilómetros de largo que protegía la ciudad. La opción de recorrerla es la más acertada, pues las vistas desde arriba de la murallaresultan abrumadoras: un tranquilo mar de intenso azul, que contrasta con el naranja de los tejados de la ciudad vieja. Además, se puede contemplar el verde islote de Lokrum, que cuenta con una reserva forestal en torno a los restos de un Monasterio Benedictino, y de un jardín botánico, con abundancia de plantas tropicales. Sencillamente espectacular.




A continuación se ve la calle Placa, Stradum, avenida principal del Stari Grad, que se extiende frente a ti, dirigiéndote hacia la zona más aristocrática de toda la ciudad. Una vez en esa calle, de blancos suelos de mármol y rodeada de siméticas casas de piedra clara con rojizos tejados, puedes divisar la torre de la iglesia de San Blas. Varias callejuelas cortan con la rua, conectándote con las calles paralelas, llenas de restaurantes y comercios típicos de la ciudad, a los que merece la pena entrar. Por las noches, la juventud croata se pasea con sus mejores galas dispuesta a pasar una noche animada.
Apenas unos minutos caminando, se alcanza la Plaza Luza, siempre animada. En ella se encuentra en Palacio Sponza, de espectacular fachada, y la catedral de Velika Gospa, construida en 1192, y reconstruida posteriormente.






Nunca está de más callejear por la ciudad vieja, en la que es imposible perderse. Aunque cada vez abundan más los turistas, se puede pasear tranquilamente disfrutando del encanto de Dubrovnik. Merece la pena contemplar las joyas artesanales hechas con corales y turquesas auténticos, que se pueden encontrar por toda la villa. 
Y, si la visita es en verano, y el calor resulta un problema, siempre puedes acercarte a la playa Gradska Plaza, conocida como "la playa de la ciudad", de cristalinas aguas y arena gruesa y rocosa. Es un lugar muy exclusivo, en el que te encontrarás a más croatas que turistas, y que incluso cuenta con zona VIP, y bar.



Por esa zona se encuentra Spice Lounge, donde se juntan por las noches los que quieren ver, y dejarse ver. Otras ofertas de ocio nocturno son la discoteca Fuego, a las afueras de la ciudad antigua. Llena de gente joven y con ganas de bailar, suele estar excesivamente llena de madrugada.

El Stari Grad ofrece muchas posibilidades, pero sin duda una muy apetecible es el paseo por el puerto viejo, lleno de terracitas y barcos, prácticamente al ras del mar. La mejor visita, sin duda, a última hora de la tarde, cuando el calor es soportable. Allí se encuentra el famoso restaurante de comída típica croata Lokanda Peskarija, siempre lleno, por lo que si quieres disfrutar del típico sabor del adriático, conviene ir pronto.



Organizar un viaje a esta bella ciudad es cada vez más sencillo. Hay conexión directa de la ciudad con España, y su aeropuerto está a tan solo 22km de la Puerta del Pilé, a la que se conecta constantemente con autobuses. Este recorrido merece la pena hacerlo de día, pues los paisajes que se contemplan son espectaculares, así como la panorámica de Dubrovnik desde lo alto de la montaña... indescriptible. 
Respecto a la oferta hotelera, existen diversas opciones. En la ciudad antigua puedes encontrar algún alojamiento, normalmente económico, como las famosas sobes croatas, en las que te alojas en casa de algún habitante de allí, por poco dinero. Suele ser una de las opciones más solicitadas por los jóvenes visitantes de la ciudad. Sin embargo, los hoteles nuevos y majestuosos se encuentran a las afueras de la ciudad, aunque están bien conectados con esta por autobús. En la península de Lapad se encuentran algunos de los más impresionantes, como el Dubrovnik Palace, en situación privilegiada, rozando el Mar Adriático. Yo me alojé en este hotel la primera vez que fui, y realmente el sitio es tan espectacular que dedicamos casi un día entero a disfrutar del hotel.



Dubrovnik es una ciudad que merece la pena visitar, yo ya voy por mi tercera vez, y dudo que sea la última. Es un lugar que me sigue impactando, por su belleza natural y original, alejada de las aglomeraciones. Para mí, una ciudad mediterránea no tan típica.


Curiosidades de Dubrovnik:

Marco Polo, el viajero más conocido de la historia, nació en Korcula, una isla cercana a Dubrovnik donde se puede visitar su casa natal. 

La primera farmacia de Dubrovnik se fundó en 1317, y aun sigue funcionando. Es la más antigua del mundo y está en el Monasterio de San Francisco. 

Entre el siglo XIV y el XIX, Dubrovnik fue uno de los estados más prósperos de toda la zona del Mediterráneo, compitiendo en algunos momentos incluso con Venecia. 

Muchos famosos y figuras de la monarquía, como Jack Nicholson o Carolina de Mónaco, consideran la ciudad uno de sus destinos favoritos. 

    Direcciones de interés:
Café Buža - Crijevieva 9, Dubrovnik
Su estratégica ubicación, a los pies de la muralla, sobre una roca, aportan encanto a este café, ideal para disfrutar de las vistas. Se puede contemplar desde lo alto de la muralla, pero acceder a él no es sencillo: desde una de las calles del centro viejo, un pequeño hueco en la muralla permite ver el azul del mar. Un minúsculo pasadizo conecta al Café Buža, que en croata significa "agujero".

Otto Taverna - Nikole Tesle 8, Dubrovnik
Precioso restaurante de comida internacional, considerado uno de los mejores de la ciudad.

Nautika Restauranthttp://www.nautikarestaurant.com
Uno de los mejores restaurantes de toda Croacia, donde disfrutar de la típica comida del país. 

Uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, con espectaculares vistas al Stari Grad y al mar Adriático. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario